Peñarroya de Tastavins, Teruel: Un rincón medieval entre dinosaurios y montañas
En la cara más agreste y sorprendente de Teruel, entre montañas rojizas y barrancos escarpados, se esconde uno de los pueblos más cautivadores de la comarca del Matarraña: Peñarroya de Tastavins (o Pena-roja, en catalán). Con apenas 450 habitantes y un legado histórico que se remonta al Neolítico, esta joya rural ofrece una fusión perfecta de patrimonio monumental, naturaleza salvaje, leyendas, rutas senderistas y una atmósfera auténtica donde el tiempo parece haberse detenido.

Un pasado que se remonta al mar… y a los dinosaurios
Antes de ser un pueblo, este territorio estuvo sumergido bajo el mar. Así lo atestiguan los abundantes fósiles marinos encontrados, además de los restos paleontológicos que han convertido a Peñarroya en una subsede del Territorio Dinópolis. En 1997, en sus inmediaciones se descubrió el Tastavinsaurus sanzi, uno de los dinosaurios saurópodos más completos hallados en Europa.

Pero la huella humana también es antigua: restos del Neolítico en la cueva del Bòrio, vestigios íberos, romanos, y un impresionante pasado medieval vinculado a la Orden de Calatrava, que marcó el desarrollo urbano, religioso y económico del lugar durante siglos.
Un viaje por la historia de Peñarroya de Tastavins
En 1169 fue reconquistada por Alfonso II de Aragón y, poco después, cedida a la Orden de Calatrava. Bajo su tutela, en 1271 se autorizó la repoblación de la villa y se construyeron los primeros elementos clave de su estructura urbana: un molino, un horno de pan y una muralla que cercaba el caserío original.Peñarroya alcanzó el título de villa en 1337 y durante siglos dependió de los caballeros calatravos.

Vivió guerras, asedios y momentos de esplendor, como la concesión real del privilegio de celebrar una feria anual cada 1 de septiembre, vigente desde 1471. En épocas más recientes, la villa fue escenario de enfrentamientos durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, dejando huellas en algunos de sus edificios religiosos. A lo largo del siglo XX, sufrió un acusado descenso poblacional por el éxodo rural, aunque hoy en día ha vuelto a cobrar vida gracias al turismo sostenible, el atractivo natural de su entorno y proyectos como Territorio Dinópolis.
Paseando por el casco antiguo: entre portales, iglesias y casas señoriales
Peñarroya de Tastavins está situada a los pies del Tossal de la Mola, donde aún quedan vestigios del antiguo castillo medieval. Su núcleo urbano, declarado Bien de Interés Cultural, está salpicado de calles estrechas, casas de piedra con aleros de madera, balcones floridos y escalinatas que trepan por la ladera.

Entre los puntos imprescindibles destacan:
Casa Consistorial y cárcel del siglo XVI
Situado en la plaza principal, alberga en su planta baja una cárcel histórica con esgrafiados originales realizados por los presos, perfectamente conservada.

Iglesia de Santa María la Mayor
Templo renacentista del siglo XVIII, con tres naves iguales en altura, altares laterales y una torre campanario cuadrada. En sus portadas luce la cruz de Calatrava, símbolo omnipresente en el municipio.

La Lonja y los lavaderos
Antiguo mercado renacentista donde también se ubicaba la carnicería señorial. Junto a ella, los lavaderos comunales que aún hoy se conservan como testimonio de la vida cotidiana del pasado.

El Santuario de la Virgen de la Fuente: arte mudéjar y espiritual
A solo 2 kilómetros del pueblo, junto al río Tastavins, se encuentra el monumento más emblemático: el Santuario de la Virgen de la Fuente, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2001 por su excepcional techumbre mudéjar.

Este conjunto monumental incluye:
- La Ermita de Dalt (siglo XIV), de estilo gótico-mudéjar, con una impresionante techumbre de madera policromada que conserva motivos geométricos, heráldicos y vegetales.
- La Ermita de Baix (1658), barroca, con tres naves, cúpula, sacristía y una fuente natural de 15 caños que brota bajo el altar.
- Una antigua hospedería, el Centro de Interpretación del Porcino, la oficina de turismo y un bello claustro abierto al paisaje natural.
Según la tradición, la imagen de la Virgen apareció entre zarzas junto al manantial. Desde entonces, el santuario ha sido lugar de peregrinación y devoción popular.

Inhóspitak: dinosaurios en el corazón de Teruel
Peñarroya de Tastavins también es famosa por un habitante muy especial: el Tastavinsaurus sanzi, un dinosaurio saurópodo de hace más de 100 millones de años. Sus restos fueron hallados en esta zona y dieron origen a Inhóspitak, la primera subsede de Territorio Dinópolis fuera de la capital. Aquí podrás:

- Explorar audiovisuales, reproducciones de excavaciones y experiencias didácticas para todas las edades
- Ver los fósiles originales del Tastavinsaurus sanzi
- Contemplar una réplica a tamaño real de 17 metros de longitud
Este centro paleontológico ofrece una experiencia fascinante, con reproducciones a escala real, huesos originales, audiovisuales educativos y una recreación de yacimiento. Un plan ideal si viajas con niños, o si eres amante de los dinosaurios y la historia natural.

Las Rocas del Masmut: icono natural y leyenda viva
Uno de los paisajes más imponentes de Teruel lo encontrarás a las afueras del pueblo: Les Roques del Masmut, una formación rojiza de conglomerado con paredes verticales de más de 100 metros.Este paraje no solo es perfecto para la escalada y la fotografía, sino que está rodeado de leyendas locales. Una de ellas afirma que el nombre deriva de una antigua tribu bereber, los Masmuda, aunque otros afirman que proviene de “la masía del mudo”. Hay quien asegura que, desde cierto ángulo, puede verse la silueta de un mamut dormido, como si velara por el valle.Además, en las paredes anidan colonias de buitres leonados, que pueden observarse desde varios puntos de la ruta circular de senderismo.

Rutas de senderismo por Peñarroya: entre fuentes, rocas y patrimonio rural
La localidad ha desarrollado proyectos muy interesantes como Peñarroya1300, que pone en valor más de 170 kilómetros de rutas para senderistas, trail runners y ciclistas. El objetivo es rescatar antiguas sendas y caminos para conectar con el entorno salvaje de la sierra. Peñarroya es uno de los grandes destinos senderistas del Matarraña. Sus rutas permiten descubrir paisajes salvajes, historia y tranquilidad:

Ruta circular Rocas del Masmut
Duración: 2-3 horas | Dificultad: Media
Una de las rutas más espectaculares. Rodea completamente las rocas del Masmut, entre pinares y miradores. Ideal para senderistas y fotógrafos.
Ruta de les Fonts
Duración: variable | Dificultad: Fácil a media
Une varias de las fuentes naturales del municipio, acompañadas de poemas del escritor local Desideri Lombarte. Una fusión de naturaleza y literatura.
Ruta al Salt d’en Ferri
Una caminata que atraviesa barrancos hasta llegar a esta hermosa cascada escondida. También puedes combinarla con la visita a las Roques del Masmut.

Fiestas y tradiciones: el alma de Peñarroya
La vida de Peñarroya gira en torno a sus costumbres. Algunas de las festividades más destacadas son:
- 17 de enero: San Antonio Abad
- 20 de enero: San Fabián y San Esteban
- 5 de febrero: Santa Águeda
- Del 7 al 12 de septiembre: Fiestas Mayores (verbenas, actos religiosos, comida popular y eventos tradicionales)
También es muy especial la romería a la Ermita de San Llambert, el domingo más cercano al 19 de junio, una tradición viva desde el siglo XVIII. Además, el pueblo cuenta con un fuerte movimiento asociativo y cultural. La hospitalidad de sus vecinos es uno de los valores más apreciados por quienes lo visitan.
Otros lugares curiosos y con historia
- Espacio gótico “Lo Roser”: antigua iglesia gótica del siglo XIV hoy reconvertida en espacio cultural.
- Ermita de San Llambert: pequeña construcción popular del siglo XIV, destino de una tradicional romería.
- Parque Aragonés de la Vivienda Rural: museo etnográfico sobre la evolución del hábitat en Aragón.
- Casa Palomo y Casa Chimeta: dos ejemplos de arquitectura tradicional con notables balcones de madera.
- Mirador Pedras de Rome: excelentes vistas al valle del Tastavins y los relieves circundantes.

Dónde dormir en Peñarroya de Tastavins
Para descansar tras una jornada de exploración, una excelente opción es alojarse en el Hostal Tastavins, ubicado en el propio corazón de Peñarroya de Tastavins. Este acogedor establecimiento rural ofrece un ambiente familiar y confortable, ideal para recargar energías tras rutas por las Rocas del Masmut o visitas al Santuario de la Virgen de la Fuente. Características recomendables:
- Buena relación calidad‑precio, que convierte al Hostal Tastavins en un punto recurrente entre viajeros que buscan una experiencia auténtica en el Matarraña.
- Ubicación estratégica: a pocos pasos del casco histórico, con fácil acceso a senderos y puntos de interés del pueblo.
- Ambiente tradicional: habitaciones con detalles rústicos en madera y piedra, combinados con comodidades modernas.
- Servicio cercano: el personal, local y atento, está siempre dispuesto a ayudarte con recomendaciones sobre rutas, restaurantes o curiosidades de la zona.
Conclusión: un viaje al corazón más auténtico de Teruel
Si buscas una escapada rural en Teruel diferente, con fósiles, naturaleza y mucho patrimonio, Peñarroya de Tastavins es historia viva, naturaleza en estado puro y hospitalidad sincera. Desde sus techumbres mudéjares hasta sus rutas entre dinosaurios y rocas legendarias, todo en este rincón del Matarraña invita a explorar, a sentir y a volver. Si buscas un destino alternativo, tranquilo, cultural y con esencia rural, Peñarroya de Tastavins es una apuesta segura. No te dejará indiferente. Para disfrutar al máximo de tu escapada rural, te dejamos algunos productos útiles que puedes adquirir antes de tu viaje para que vayas preparado a esta maravillosa escapada:
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