El Rasillo de Cameros, un refugio natural en el corazón de La Rioja
Entre montañas, pinares y aguas tranquilas, El Rasillo de Cameros se alza como uno de los pueblos más bellos y auténticos de la sierra riojana. Situado en la comarca de Camero Nuevo, a más de 1.100 metros sobre el nivel del mar y a unos 48 kilómetros de Logroño, este pequeño municipio es la puerta de entrada a un territorio donde el tiempo parece detenerse y donde la naturaleza marca el ritmo de cada día. Con apenas 150 habitantes, El Rasillo combina historia, tradición y turismo rural en un entorno privilegiado junto al Embalse González Lacasa, uno de los rincones más espectaculares de La Rioja.

Orígenes y evolución histórica
Para comprender la resiliencia de El Rasillo, es imprescindible mirar atrás, mucho más allá de su consolidación como villa. Los datos arqueológicos nos hablan de una presencia humana notablemente antigua. En yacimientos como la Peña de las Tres Marías se han recuperado materiales líticos de la Edad de Bronce, sugiriendo que las ventajas del enclave eran apreciadas por las primeras culturas peninsulares. La huella de Roma también es indeleble, con el hallazgo de dos aras y una estela funeraria con bustos, vestigios que confirman su relevancia en la red viaria y social del Imperio.

La primera mención escrita, no obstante, se remonta al año 997, un viejo pergamino que insinúa una fundación temprana. Pero es el siglo XII el que aporta los documentos más significativos: en 1155, el rey Sancho III y doña Blanca donaron la Ermita de San Mamés al obispo de Calahorra, un acto que dota a El Rasillo de una temprana importancia religiosa y territorial, incluso cuando aún era una aldea bajo la jurisdicción de Ortigosa.
Durante siglos, El Rasillo fue aldea de Ortigosa de Cameros, con la que compartía territorio, caminos y pastos. En 1817, bajo el reinado de Fernando VII, los vecinos lograron constituirse como villa independiente, tras abonar 12.500 reales al concejo de Ortigosa. Aquel hecho, celebrado con orgullo por generaciones, marcó el inicio de su historia moderna y el fortalecimiento de su identidad serrana.

Ya en el siglo XVIII, el municipio se integró en la Real Sociedad Económica de La Rioja, una de las sociedades de amigos del país creadas durante la Ilustración para fomentar el progreso y la educación. Posteriormente, en 1833, pasó a formar parte de la nueva provincia de Logroño (actual La Rioja) dentro del partido judicial de Torrecilla en Cameros.

Patrimonio y rincones con historia
Pasear por El Rasillo es viajar al pasado. El casco urbano conserva la arquitectura tradicional camerana, con casas de piedra de sillería, portones de madera claveteada y balcones floridos. Muchas datan del siglo XVIII y se agrupan alrededor de la plaza del pueblo, donde destaca un imponente olmo centenario, con más de cuatrocientos años, uno de los pocos en España que sobrevivió a la grafiosis. Este árbol, símbolo del municipio, es punto de encuentro y orgullo para los rasillanos.

Entre los edificios religiosos, sobresalen dos templos de gran valor histórico y artístico:
- Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de las Eras: levantada en el siglo XVII sobre un templo anterior del XVI, presenta una sola nave con cabecera rectangular, crucero y torre. En su interior destaca el retablo mayor rococó del siglo XVIII, una joya artística que aporta elegancia al conjunto.

- Ermita de San Mamés: situada a las afueras del pueblo, es un templo de origen románico que data del siglo XII. Fue reconstruida en el siglo XIX, respetando su planta original y algunos elementos del alzado. En su interior se conserva un pequeño retablo barroco con una imagen del santo, patrón del municipio.

A pocos pasos del frontón se encuentra el Museo Etnológico Victoriano Labiano, instalado en las antiguas escuelas. Este espacio rinde homenaje a la vida rural de Cameros, con una colección de herramientas, objetos y piezas artísticas que recorren la historia de la zona desde la época celtíbera hasta el siglo XX. En el mismo edificio se ubican la biblioteca pública y el hogar del jubilado.

Otro rincón singular es el antiguo lavadero, rehabilitado en 2007, que recuerda los tiempos en los que las mujeres del pueblo se reunían allí para lavar la ropa y compartir historias.

La Metamorfosis Económica: Del Lanares al Lago
Durante siglos, la economía de El Rasillo fue sinónimo de ganadería. Su posición en la Sierra de Cameros le confirió una secular vocación pastoril, con una intensa actividad trashumante que, en el siglo XIX, movilizaba rebaños de hasta 16.000 cabezas de ganado lanar hacia los pastos de Extremadura. La cabaña, que incluía ovino, caballar y vacuno, constituía el motor económico, complementado por huertas que abastecían de cereales, patatas y hortalizas a la comunidad.

Hoy, ese paisaje económico ha experimentado una profunda metamorfosis. Si bien la ganadería y la agricultura de subsistencia (limitada a huertas familiares) persisten, la balanza se ha inclinado drásticamente hacia el sector servicios y el turismo.
La clave de esta transformación no se halla en el cultivo de la vid, ausente en estas altas cotas, sino en la presencia imponente del Pantano González Lacasa.

El Pantano González Lacasa, alma azul de El Rasillo
Si hay un lugar que define el carácter de El Rasillo, ese es sin duda el Pantano González Lacasa, conocido también como Pantano de El Rasillo. A tan solo dos kilómetros del casco urbano, este embalse es el epicentro del ocio y la vida social del municipio, especialmente durante los meses de verano. Alimentado por el Arroyo de San Mamés, es el nuevo pulmón económico y de ocio de El Rasillo. Esta masa de agua dulce ha reescrito el destino del municipio, convirtiéndolo en un inesperado centro de deportes náuticos en plena sierra.

El Club Náutico El Rasillo ofrece una amplia gama de actividades: vela ligera, piragüismo, paddle surf, windsurf o paseos en barca. Sus instalaciones cuentan con restaurante, terraza, solárium, vestuarios, duchas, embarcadero y una plataforma de trampolines. Durante los fines de semana de verano, el ambiente se llena de vida con visitantes llegados de toda La Rioja y provincias cercanas.

Cada año, desde la década de 1990, el pantano acoge la Bandera de La Rioja, una competición de traineras única en España por celebrarse en agua dulce. Este evento, que se celebra a finales de junio, reúne a equipos de todo el norte peninsular y aporta un toque marinero al corazón de la sierra.

Además, el embalse está rodeado por áreas recreativas, rutas de senderismo y zonas de baño, convirtiéndose en un espacio ideal tanto para el descanso como para la aventura. Una senda peatonal conecta el pueblo con el club náutico, un recorrido de un kilómetro que discurre entre pinares y cruza el arroyo mediante una pasarela de madera. Perfecto para pasear, ir en bicicleta o simplemente disfrutar del entorno.

Naturaleza, senderismo y aventura
La ubicación de El Rasillo en plena Sierra de Cameros lo convierte en un paraíso para los amantes del senderismo, la escalada o la observación de fauna. Los alrededores del municipio están cubiertos por bosques de pinos, hayedos y robledales donde se pueden avistar ciervos, corzos, jabalíes o zorros, especialmente al amanecer.

Entre las rutas más populares destacan la Senda de las Cascadas, ideal para familias, o los recorridos hacia la Majada de los Acebos y el Alto del Agenzana, desde donde se obtienen magníficas vistas de los valles. En la cercana Peña Zapatero, los aficionados a la escalada encontrarán varios itinerarios de distintos niveles.

Durante el otoño, la zona se llena de color y aromas con la temporada de micología. Los montes de Cameros son conocidos por su abundancia de setas, entre ellas níscalos, hongos negros y perrochicos, muy apreciados en la gastronomía local.

A pocos kilómetros, las Cuevas de Ortigosa de Cameros ofrecen una experiencia fascinante para los amantes de la geología. Sus estalactitas y estalagmitas, iluminadas de forma natural, forman un paisaje subterráneo de gran belleza.

Vida, fiestas y tradiciones
El Rasillo conserva una intensa vida social, marcada por sus fiestas patronales y costumbres serranas. El 15 de mayo se celebra San Isidro, patrón de los agricultores; el 29 de junio, San Pedro; y del 7 al 9 de agosto tienen lugar las fiestas en honor a San Mamés, patrón del pueblo, con procesiones, música y un ambiente festivo que reúne a los vecinos y visitantes. El 15 de agosto se rinde homenaje a la Virgen de las Eras, cuya imagen da nombre a la iglesia parroquial.

Uno de los eventos más especiales del calendario es la Noche de las Velas, celebrada el último fin de semana de julio. Durante esa noche mágica, las calles del pueblo se iluminan con miles de velas colocadas en balcones y ventanas, creando un ambiente de ensueño que transforma El Rasillo en un escenario de luz y silencio.

También destaca el certamen “Luces, Cameros, Acción”, un festival audiovisual que convierte la comarca en un auténtico plató de cine, así como el triatlón de verano, que atrae a deportistas de toda la región.

Gastronomía serrana y enoturismo
La cocina de El Rasillo conserva toda la esencia de La Rioja rural. En sus restaurantes y casas rurales se pueden degustar platos tradicionales como las patatas a la riojana, la trucha al estilo camerano, las chuletillas al sarmiento o las migas de pastor. Tampoco faltan los asados de cordero y cabrito, el chorizo artesanal y los quesos cameranos, acompañados siempre por un vino de Rioja.

De postre, nada mejor que unas peras al vino o los clásicos mazapanes de Soto. Y para los que buscan experiencias completas, El Rasillo es un excelente punto de partida para recorrer la Ruta del Vino de La Rioja, visitar bodegas o descubrir la Ruta de los Monasterios y la Ruta de los Dinosaurios, todas a menos de una hora de viaje.

Turismo rural y alojamiento
El turismo rural se ha consolidado como el gran motor económico de El Rasillo. El municipio cuenta con una decena de casas rurales y alojamientos con encanto, donde la piedra, la madera y las vistas a la sierra crean un ambiente cálido y acogedor. También dispone de bares y restaurantes, y durante el verano, las terrazas frente al pantano son un punto de encuentro ideal para disfrutar de la tranquilidad y el aire fresco de la montaña.

En los últimos años, la población se ha estabilizado e incluso crece en temporada alta, cuando supera los 1.500 habitantes temporales. El turismo sostenible y de calidad ha permitido revitalizar el pueblo sin perder su autenticidad.

Qué ver en los alrededores
Si quieres seguir explorando La Rioja, te recomendamos estos lugares que no puedes perderte:
- Casalarreina, con su Monasterio de la Piedad. A 1 hora y 5 minutos por N-111 y AP-68 (contiene peajes).
- Cuzcurrita de Río Tirón, con otro castillo y bodegas con encanto. A 1 hora y 10 minutos por N-111 y AP-68 (contiene peajes).
- Villoslada de Cameros: lugar enclavado en la Sierra Cebollera. A 19 minutos por LR-232 y N-111.
- Alberite: municipio con mucha historia a 7 kilómetros de Logroño. A 39 minutos por N-111..
- Sajazarra: reconocido como uno de Los Pueblos Más Bonitos de España. A 1 hora y 9 minutos por N-111 y AP-68 (contiene peajes).

Consejos para el visitante
Para aprovechar al máximo tu estancia en El Rasillo de Cameros, lo mejor es combinar naturaleza, cultura y gastronomía. Comienza el día con una caminata por los alrededores del embalse, disfruta de un picnic junto al agua y, por la tarde, acércate al mirador de El Rasillo para contemplar el atardecer sobre el valle. Si el cielo está despejado, la baja contaminación lumínica te permitirá observar un firmamento repleto de estrellas.
La mejor época para visitar el pueblo es de primavera a otoño, cuando las temperaturas son agradables y las actividades al aire libre están en pleno apogeo. En invierno, la nieve cubre a menudo las cumbres, ofreciendo un paisaje de cuento, aunque algunas rutas pueden verse limitadas.
Lleva siempre calzado cómodo, ropa de abrigo por la noche y, si planeas bañarte o practicar deportes náuticos, no olvides el bañador y protección solar.

Un rincón que enamora
Desde el románico de San Mamés hasta el retablo rococó de Nuestra Señora de las Eras; desde la inmensidad del olmo centenario hasta la adrenalina de una regata de traineras en el pantano; El Rasillo ofrece un contraste fascinante que encapsula la belleza agreste del Camero Nuevo y la hospitalidad inconfundible de La Rioja. Es un destino para el historiador, el deportista y el buscador de paz. Es, en definitiva, uno de esos «pueblos con encanto» que merecen ser visitados y, sobre todo, vividos.

Ya sea para un fin de semana de desconexión, unas vacaciones en familia o una escapada romántica, El Rasillo te espera con los brazos abiertos, como solo lo saben hacer los pueblos de montaña: con calma, autenticidad y alma riojana.

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