Castellote, Teruel: historia templaria y tesoros ocultos del Maestrazgo
En pleno corazón del Maestrazgo turolense, encaramado a una ladera rocosa y vigilado por los restos de un castillo templario, se encuentra Castellote, uno de los pueblos con más carácter y patrimonio de la provincia de Teruel. Su impresionante emplazamiento, su legado medieval, su riqueza natural y su vínculo con la paleontología lo convierten en una parada imprescindible para quienes buscan historia, paisaje y autenticidad.

Acompáñanos a descubrir qué ver en Castellote: su castillo y su casco histórico declarado Bien de Interés Cultural, sus iglesias y ermitas, sus rutas naturales y su papel clave en las guerras que marcaron la historia de Aragón. Un viaje entre murallas, fósiles, callejuelas empinadas y silencio rural.
Un pueblo entre montañas: situación y entorno natural
Castellote se sitúa en la comarca del Maestrazgo, al sureste de la provincia de Teruel, a 774 metros de altitud. Se asienta sobre una ladera rocosa en el Sistema Ibérico, en la sierra del Bajo Aragón, dentro del valle del río Guadalope. El acceso principal al pueblo se realiza a través de un espectacular túnel excavado en la roca, que da paso a un caserío medieval con un aire detenido en el tiempo.

Su clima es continental, con una temperatura media anual de 12,2 °C, ideal para disfrutar de su entorno en primavera y otoño. A escasos kilómetros del pueblo se encuentra el embalse de Santolea, y en su término se esconden maravillas naturales como el monumento natural del Puente de Fonseca, las hoces del Guadalope y varios yacimientos paleontológicos únicos en Europa.
Milenios de historia: de la prehistoria a la Edad Media
La presencia humana en Castellote se remonta al Paleolítico, como atestiguan las pinturas y grabados rupestres hallados en los abrigos del entorno de Ladruñán y Santolea. El Abrigo de la Vacada, con sus bóvidos, arqueros y figuras esquemáticas, es uno de los más destacados del arte rupestre levantino de Aragón. En la Edad del Bronce y del Hierro, Castellote fue un importante núcleo ibérico. Restos de poblados, tumbas excavadas en la roca y herramientas halladas en yacimientos como Vallipón o Fuente del Ballester muestran la continuidad de ocupación humana en la zona.

En época medieval, tras la ocupación musulmana, el territorio fue reconquistado en el siglo XII por Alfonso I el Batallador. A partir de 1169, con Alfonso II, Castellote fue entregado a órdenes militares. Primero a la del Santo Redentor, y más adelante a la Orden del Temple, que transformó el lugar en una poderosa encomienda templaria. El castillo, construido sobre una antigua fortaleza islámica, se convirtió en bastión defensivo clave del Reino de Aragón.
Castellote templario: leyenda, resistencia y caída
El legado templario es fundamental para entender la historia de Castellote. En 1282, la Orden otorgó la carta puebla al pueblo y organizó la vida social y económica del territorio. En 1308, tras la disolución del Temple, el rey Jaime II ordenó sitiar Castellote. Durante once meses, los templarios resistieron el asedio desde el castillo, ayudados por la población civil. Finalmente, se rindieron en noviembre de ese mismo año. Tras la caída del Temple, Castellote pasó a manos de la Orden de San Juan de Jerusalén (sanjuanistas), quienes mantuvieron su influencia hasta el siglo XVIII.

Guerras, destrucción y resurgir
Durante la Guerra de la Independencia (1809), el general Musnier tomó Castellote y quemó buena parte de sus archivos. Pero fue en las Guerras Carlistas cuando el pueblo vivió sus momentos más dramáticos. En 1835 fue escenario de combates, y en 1840, el general Espartero sitió y tomó el castillo, que fue dinamitado y arrasado parcialmente.

Durante la Guerra Civil también sufrió daños en su patrimonio religioso, y en la posguerra fue zona activa del maquis antifranquista. A pesar de todos estos episodios, Castellote ha sabido conservar un casco histórico excepcional, lleno de arquitectura tradicional y testigos silenciosos de su pasado bélico.

Qué ver en Castellote: un paseo por su casco histórico
El casco antiguo de Castellote está declarado Bien de Interés Cultural y es uno de los más bonitos de Aragón. Sus calles empinadas, sus arcos medievales y sus casas nobles crean una atmósfera única. Estos son sus imprescindibles:

1. Castillo templario
Situado en lo alto de un escarpe rocoso, fue ordenado construir por Alfonso II sobre una antigua fortaleza musulmana. Hoy quedan los restos de la torre del homenaje, parte de las murallas y una capilla. Las vistas desde arriba sobre el valle del Guadalope y el embalse de Santolea son espectaculares.

2. Torreón Templario y la Iglesia de la Virgen del Agua
El torreón fue cárcel en época moderna y hoy alberga el centro de interpretación de la Orden del Temple. Es uno de los símbolos del pueblo y conserva su carácter defensivo. En cuanto a la iglesia, del siglo XVII, es la iglesia más querida por los vecinos. En ella se encuentra la imagen románica de la Virgen del Agua, patrona de Castellote. Su portada con columnas salomónicas es uno de los elementos más singulares.

3. Iglesia de San Miguel
Templo gótico construido en el siglo XV, con una imponente portada decorada con leones, dragones y sirenas, y un gran rosetón. En 2017 se reconstruyó su torre, que había sido arruinada durante la Guerra Civil.

4. Ermita del Llovedor
Ubicada a la salida del túnel de acceso al pueblo, encajada en la roca, es uno de los rincones más pintorescos. De arquitectura sencilla y gran belleza, es lugar de romería en primavera.

5. Casas nobles y edificios civiles
La Casa Gordiano, del siglo XVI, es un ejemplo del Renacimiento aragonés. La Casa de los Plana o la Casa de Don José, del siglo XIX, representan la arquitectura civil rural de la zona. El edificio del Ayuntamiento, con su lonja y arcos, conserva el espíritu gótico original.

Bosque Pétreo y patrimonio paleontológico
Castellote es una de las subsedes de Dinópolis, bajo el nombre de Bosque Pétreo. Aquí puedes descubrir cómo era este territorio hace 125 millones de años, cuando dinosaurios y mamíferos convivían en un ecosistema fluvial.

Los yacimientos cercanos son de gran valor:
- Icnitas de Abenfigo: huellas de dinosaurios terópodos bien conservadas.
- Yacimiento de Vallipón: el más importante de microvertebrados del Cretácico Inferior en Europa.
- El Barranquillo: troncos fósiles de coníferas de un antiguo bosque.
Todo ello convierte a Castellote en un punto clave para la paleontología y la educación científica.

Naturaleza y rutas en Castellote
El entorno natural de Castellote es una invitación constante a salir a caminar. Algunas rutas recomendadas son:
- Ruta al castillo y mirador: subida corta con vistas panorámicas al valle y al embalse.
- Senda al Llovedor: paseo agradable entre pinares y paredes rocosas.
- Hoces del Guadalope y Puente de Fonseca: ruta fluvial que atraviesa cañones, travertinos y zonas ZEPA de alta biodiversidad.
- Embalse de Santolea: ideal para kayak, baño o escalada en sus paredes verticales.

Fiestas y tradiciones vivas
Las celebraciones tradicionales tienen un peso importante en Castellote, y mantienen el vínculo con el campo, la historia y la comunidad.
- Fiestas de San Macario (23 de enero): procesión, hoguera y coplas tradicionales conocidas como «albadas».
- Romerías al Llovedor (mayo): curiosamente, hombres y mujeres peregrinan en días distintos para pedir lluvias.
- San Isidro (15 de mayo): bendición de tractores, procesión y premios humorísticos a los agricultores.
- Fiestas patronales (agosto): en honor a la Virgen del Agua, con espectáculos taurinos, música, deporte y cultura popular.

Información práctica para tu visita
¿Cuántos días quedarse?
Un fin de semana largo es ideal. El casco urbano puede recorrerse en un día, pero merece la pena tomarse otro para disfrutar del entorno natural, visitar el Bosque Pétreo o combinar con otros pueblos del Maestrazgo como Molinos, Mirambel o La Iglesuela del Cid.
Mejor época para ir
Primavera y otoño son los mejores momentos, con temperaturas suaves y naturaleza en plenitud. En verano puede hacer calor durante el día, pero las noches son frescas. El invierno, aunque frío, regala paisajes nevados y silencio absoluto.
Cómo llegar
- Desde Teruel: 155 km por la N-420 y A-226.
- Desde Zaragoza: 170 km por la N-232.
- Desde Alcañiz o Morella: apenas 30-35 km.
- Castellote cuenta con parada de autobuses regionales.

Dónde dormir en Castellote
Si estás buscando alojamiento en la zona, el Hotel Castellote es la opción ideal. Situado en una zona tranquila y rodeado de naturaleza, este hotel ofrece todas las comodidades necesarias para disfrutar de una estancia relajante tras recorrer el casco histórico o explorar el entorno natural del Maestrazgo.
Conclusión: por qué visitar Castellote
Castellote es historia templaria, patrimonio rural, cuevas con pinturas milenarias, castillos derruidos, yacimientos de dinosaurios, puentes imposibles y romerías ancestrales. Es un lugar donde cada callejuela narra siglos de resistencia, conquista y reconstrucción. Visitar Castellote es sumergirse en el alma del Maestrazgo, en ese Aragón profundo que sorprende al viajero por su autenticidad, su belleza inesperada y su poder de evocación. Si buscas un destino diferente, donde se mezclen la historia, la geología, el senderismo y la calma rural… Castellote te espera. ¿Listo para descubrir el castillo templario más resistente del Maestrazgo? Para disfrutar al máximo de tu escapada rural, te dejamos algunos productos útiles que puedes adquirir antes de tu viaje para que vayas preparado a esta maravillosa escapada:
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