El Grao de Castellón: la puerta al mar de la Plana
El Grao de Castellón, o Grau de Castelló en valenciano, es el alma marinera de la capital de la Plana. A apenas cuatro kilómetros del centro urbano, este distrito costero representa la unión entre la ciudad y el Mediterráneo. Su puerto, sus playas y su carácter pesquero lo convierten en uno de los enclaves más singulares de la Costa del Azahar, un lugar donde la historia, la naturaleza y el mar se entrelazan en perfecta armonía.

Con más de 15.000 habitantes, el Grao es mucho más que un barrio marítimo: es una comunidad con identidad propia, forjada entre redes, olas y arena. Desde su paseo marítimo hasta el parque del Pinar, cada rincón conserva ese espíritu mediterráneo que combina tradición marinera, cultura y ocio.
La singularidad geográfica del Grao se subraya por un detalle cartográfico de resonancia global: es en su término, en plena Marjalería, donde se cruzan el paralelo 40∘ Norte y el meridiano 0∘ o de Greenwich. Este cruce imaginario, un punto de convergencia planetaria, dota al lugar de una relevancia que trasciende lo local. A tan solo 30 millas náuticas, además, se alza el archipiélago de las Islas Columbretes, un conjunto volcánico de valor ecológico incalculable, declarado Reserva Marina en 1990 y Reserva Natural en 1994, al que el Grao sirve de muelle de acceso.

Un origen ligado al mar
Los orígenes del Grao se remontan a la Edad Media, cuando Jaime I de Aragón conquistó el antiguo Castell Vell y trasladó la villa a su ubicación actual. Ya entonces se iniciaban los primeros intercambios comerciales por mar, aunque las raíces humanas en la zona son mucho más antiguas. Yacimientos como el Pujol de Gasset, habitado desde la prehistoria hasta la época altomedieval, o los restos hallados junto a la fuente de la Barrassota, en la partida de Fadrell, dan testimonio de una presencia continuada a lo largo de los siglos.

Sin embargo, el verdadero impulso del Grao llegó en el siglo XIX, cuando comenzaron los planes para construir el Puerto de Castellón, inaugurado finalmente en 1905. A partir de entonces, el asentamiento junto al mar cobró vida: pescadores, comerciantes y marineros levantaron sus casas junto al Mediterráneo, dando forma al núcleo urbano que hoy conocemos.

El siglo XX marcó una nueva transformación con la aparición de la industria petroquímica en la década de 1970. El paisaje se industrializó parcialmente, pero sin perder su esencia marinera ni su vocación de apertura al mar.

Un territorio entre la huerta y el Mediterráneo
El término municipal de Castellón se organiza en cinco unidades paisajísticas tradicionales: la montaña, el secano, la huerta, la Marjalería y el litoral. El Grao y su entorno se sitúan precisamente entre las dos últimas, en esa franja de transición donde el mar y la tierra dialogan de forma constante.

La Marjalería: la tierra del agua
La Marjalería se extiende desde el camino de la Donación hasta el Mediterráneo, formando una llanura de suelos húmedos que durante siglos fue utilizada para el cultivo del arroz. Con el tiempo, gran parte de este espacio fue desecado y transformado en huerta o en zonas residenciales. Hoy se distinguen dos áreas principales:
- La huerta de marjal, la primera en desecarse, que aprovechó los excedentes hídricos de la huerta interior.
- El Coto Arrocero, desecado en 1967 tras los intentos fallidos de recuperar el cultivo del arroz.
A pesar de su belleza natural, la Marjalería ha sufrido la proliferación de viviendas unifamiliares irregulares en las últimas décadas, un fenómeno que ha alterado parte del paisaje original. Sin embargo, sigue siendo un entorno singular, donde el agua, las acequias y los campos conviven con el recuerdo del pasado agrícola.

El litoral: dunas, pinares y puerto
El paisaje litoral castellonense siempre ha sido estrecho, limitado por una franja de dunas y pinares que separaban el mar de la Marjalería. La construcción del puerto modificó las dinámicas marinas, generando nuevos terrenos al norte del muelle de Levante y provocando la desaparición de antiguas playas al sur. Aun así, el Pinar del Grao logró conservarse casi íntegro y hoy es uno de los pulmones verdes más queridos por los castellonenses.

Espacios naturales y zonas protegidas
A pesar del desarrollo urbano e industrial, el distrito del Grao mantiene pulmones verdes y espacios protegidos que resisten al avance del cemento y la industria.
Molí de la Font
Situado entre la huerta y la marjal, el Molí de la Font alberga el manantial de la Font de la Reina. En su entorno, de apenas 2.350 m², se conserva una vegetación mixta de árboles de secano y especies propias de zonas húmedas. La cueva cercana es refugio de diversas especies de murciélagos, motivo por el cual fue declarada Bien de Relevancia Local (BRL) en 2021.

Parque del Pinar
El vestigio de la gran pinada que separaba el mar de la Marjalería. El Parque del Pinar, con más de 120.000 m², es el espacio verde más popular del Grao. Ocupa lo que antiguamente fue una gran pinada que separaba el mar de la Marjalería. Hoy ofrece áreas deportivas, zonas de picnic, parques infantiles, un campo de golf de nueve hoyos y una piscina de verano. Su declaración como Bien de Relevancia Local en 2021 subraya su valor histórico y social. Es también el epicentro de eventos como la concentración Harley-Davidson Big Twin, una de las más importantes del país, que se celebra anualmente desde 1988.

Parque del Meridiano
En plena Marjalería se encuentra el Parque del Meridiano, un espacio simbólico que marca el punto exacto donde se cruzan el meridiano de Greenwich y el paralelo 40º norte. Creado en 2002, es un punto privilegiado para observar aves y disfrutar del paisaje marjalero entre almendros, olmos, laureles y sauces.

Las playas del Grao
El litoral de Castellón se extiende a lo largo de unos 8,6 kilómetros, aunque solo la mitad se conserva en estado natural debido a la expansión del puerto y del polígono industrial del Serrallo. Al norte de las instalaciones portuarias se suceden tres amplias playas galardonadas con Banderas Azules año tras año y múltiples certificaciones de calidad:

Playa del Pinar
La más conocida y frecuentada, con 1,8 kilómetros de longitud y una anchura media de 90 metros. Su atractivo principal es el Parque Litoral, un extenso cordón dunar artificial con más de 1.700 árboles y especies autóctonas. Este cordón dunar artificial, plantado con palmeras y arbustos, se integra con un largo paseo y áreas lúdicas. En sus inmediaciones se encuentran el Planetario, los campos de fútbol Javier Marquina y el acceso al Parque del Pinar.

Playa del Gurugú
Situada al norte del Pinar, esta playa de 1 kilómetro combina ambiente relajado y deportivo. En verano, los chiringuitos, las pistas de vóley playa y las actividades náuticas crean un ambiente joven y animado. También cuenta con Bandera Azul y servicios de calidad.

Playa del Serradal
Más tranquila y natural, el Serradal se extiende hasta el límite con Benicàssim. Con 1,7 kilómetros de longitud, es la favorita de quienes buscan un entorno más salvaje y respetuoso con el medio ambiente. Su microrreserva de flora y su sistema dunar protegido son ejemplo de sostenibilidad en la costa castellonense.

El puerto: corazón del distrito marítimo
El Puerto de Castellón es el verdadero eje del Grao. Su historia ha marcado el devenir económico y social del distrito. Desde su apertura a comienzos del siglo XX, ha sido motor de comercio y modernización, pero también espacio de encuentro y ocio para la ciudadanía.

La Plaza del Mar, inaugurada en 1995, simboliza esa apertura del puerto a la ciudad. A su alrededor se encuentran el Edificio Moruno, el Real Club Náutico, restaurantes, terrazas y zonas ajardinadas. En 2003 se sumó el complejo Puerto Azahar, con restaurantes, pubs y multicines, representó la máxima expresión del ocio nocturno y gastronómico del Grao, aunque cerró entre 2019 y 2020, simbolizando la volatilidad de los proyectos de ocio portuario.

Cerca de allí, el Jardín del Puerto, conocido como els Jardinets, data de la década de 1930, este espacio de 11.050 m2 sufrió una degradación significativa por la vecina industria química, un claro ejemplo de la colisión entre el ocio y la producción. Su rehabilitación, tras la cesión del suelo al ayuntamiento, ha buscado recuperar su esplendor.

Otro espacio emblemático es el Parque de la Panderola, construido sobre las antiguas cocheras del mítico tranvía conocido como la Panderola. Remodelado en 2020, su principal atractivo es una locomotora y un vagón restaurados de este ferrocarril de vía estrecha, un homenaje a la memoria industrial y de transporte del distrito.

Patrimonio y cultura del mar
El Grao conserva un interesante patrimonio arquitectónico y cultural que refleja su evolución histórica.

- Iglesia de San Pedro Apóstol (arriba en la foto): reconstruida tras la Guerra Civil por Vicente Traver Tomás (1946-1948), combina estilos románico, gótico y barroco valenciano.
- Ermita de Sant Francesc de la Font: pequeño templo del siglo XVIII con frescos barrocos y una encantadora sencillez rural.
- Planetario de Castellón (abajo en la foto): inaugurado en 1991, con su inconfundible cúpula blanca, va más allá de la proyección astronómica: acoge el Centro de Interpretación de las Islas Columbretes y es un punto de referencia para astrónomos aficionados a nivel nacional.
- Museo del Mar: integrado en el Museo de la Ciudad, custodia más de 270 piezas relacionadas con la tradición marinera, desde herramientas y embarcaciones hasta mapas y utensilios de pesca.

Fiestas y tradiciones del Grao
La vida cultural del Grao vibra al ritmo de sus fiestas populares, muchas de ellas vinculadas al mar y a la tradición pesquera.

- Fiestas de San Pedro: Son las más emblemáticas del distrito marítimo. Se celebran en torno al 29 de junio, día del patrón de los pescadores, con procesiones marítimas, actos taurinos, desfiles y la popular torrà de la sardina. En 2020 fueron declaradas Fiestas de Interés Turístico Autonómico.
- Carnaval del Grao: De los más animados de la provincia, se celebra desde 1990 con desfiles, disfraces y el tradicional entierro de la sardina. Durante tres días, el color y la música llenan las calles del distrito.
- Escala a Castelló: Evento anual que convierte el puerto en un escenario histórico. Réplicas de navíos antiguos, buques escuela y goletas atracan en los muelles para ser visitadas por el público. Pasacalles, mercados artesanales y actividades gastronómicas completan la experiencia.
- Som Festival: Durante los meses de verano, el muelle del puerto acoge este festival musical con artistas nacionales e internacionales, humoristas y espectáculos al aire libre. Es una de las citas culturales más esperadas del verano castellonense.

Gastronomía marinera
La gastronomía del Grao es, por necesidad, una sinfonía de sabores del mar. La lonja del Grao, con 3.200 m2 y una producción de hasta 100 toneladas diarias de pescado y marisco fresco, es el motor de esta tradición culinaria. Los restaurantes de la zona ofrecen una selección inigualable: los arroces son protagonistas absolutos: paella, arroz a banda, caldoso o al horno, sin olvidar la fideuà, (elaborada con caldo de pescado y fideo fino) son obligatorios.
Las tapas marinas, como los chipirones, los mejillones de roca al vapor, las almejas y los boquerones, son el aperitivo ineludible. Muchos locales mantienen recetas tradicionales transmitidas de generación en generación, un auténtico homenaje al sabor del mar.

El Grao, turismo y conexión con Castellón
El Grao combina la esencia pesquera con una oferta turística moderna y variada. En la Plaza del Mar se concentran hoteles, tiendas, pubs y terrazas con vistas al puerto. Desde allí parten excursiones en barco hacia las Islas Columbretes, un archipiélago volcánico declarado reserva natural y marina, situado a 30 millas náuticas.

Los amantes del deporte encuentran aquí un entorno perfecto para el ciclismo, el senderismo costero y los deportes náuticos. Además, las playas accesibles, los paseos marítimos y los parques convierten al Grao en un destino familiar y agradable todo el año.

Las anchas avenidas, Avenida del Mar y Hermanos Bou, que conectan el centro de Castellón con el Grao, lo hacen de forma multimodal, incluyendo carriles bici que fomentan el recorrido a pie o en bicicleta, permitiendo una inmersión directa en el ambiente de la Plaza del Mar y el Real Club Naútico.

Añade a tu Mapa
Aparte del Grao, y de Castellón de la Plana, te dejamos otros lugares que tenemos en nuestro mapa por si los quieres incluir en tu viaje:
- Sant Mateu: su casco histórico te transportará directamente a la Edad Media. A 58 minutos por CV-10.
- Chilches (Xilxes): este destino sorprende por la combinación de mar, naturaleza, tradición y cultura. A 34 minutos por AP-7.

Riesgos y el Costo Ambiental de la Proximidad
La convivencia con una infraestructura industrial y un entorno natural sensible impone al Grao una serie de riesgos ambientales que The Kompasse no puede obviar. El distrito marítimo es, por naturaleza, una zona de alto riesgo en múltiples frentes.
- Inundaciones: La Marjalerıˊa y partes del Grao están clasificadas como zonas inundables de alta frecuencia, debido a la acumulación de escorrentías del río Seco y el barranco de Fraga, las lluvias torrenciales y los temporales marinos.
- Contaminación Atmosférica: Aunque el riesgo se ha reducido notablemente gracias a planes de mejora y sistemas de depuración (tras ser la zona de mayor contaminación de la Comunidad Valenciana en 2006), la presencia del clúster petroquímico y la intensidad del tráfico rodado en carreteras de transporte de mercancías peligrosas siguen siendo factores de riesgo latente.
- Riesgo Químico y de Accidentes Graves: El polígono industrial del Serrallo y el Puerto son zonas de elevado riesgo de accidentes con sustancias peligrosas. La aprobación tardía de un plan de prevención, aviso y evacuación en 2020, con el primer simulacro solo en 2018, subraya una histórica falta de preparación institucional ante la gravedad de este riesgo.
- Riesgo Hídrico y de Plagas: La calidad de las masas de agua subterráneas se considera mala por la intrusión marina y la concentración de nitratos. Aunque la calidad de las aguas de baño ha mejorado, los vertidos incontrolados ocasionales siguen provocando cierres parciales. A esto se suma la endémica proliferación de mosquitos (incluida la especie invasora del mosquito tigre), una problemática recurrente en la zona de marjal que impacta en la salud pública y el turismo.
- Vertederos Incontrolados: La proliferación de vertederos ilegales en zonas rurales y de difícil acceso es un problema creciente que genera quejas vecinales por insalubridad y degradación ambiental.

El Grao hoy: Donde la Geografía Cede ante el Deseo Humano
El Grao de Castellón es, en última instancia, un estudio de caso sobre la modernidad litoral española. Un lugar donde la belleza natural de las playas con Bandera Azul y la riqueza ecológica de la Marjalería y el Planetario conviven a pocos metros de los riesgos intrínsecos a una de las mayores concentraciones industriales y logísticas del Mediterráneo. Es un distrito de contrastes afilados: la calma de su faro y el bullicio de su lonja; el pasado glorioso del Pinar y el futuro incierto de un entorno en constante disputa entre el urbanismo salvaje y la necesaria protección ambiental.

Para el observador de The Kompasse, el Grao no es solo un destino; es un microcosmos de resiliencia, un puerto que ha sabido reinventarse desde el comercio medieval hasta la petroquímica, y que ahora se esfuerza por equilibrar su patrimonio industrial con su vocación turística y marinera. Es una metáfora de la costa valenciana: vibrante, deliciosa y peligrosamente expuesta.
Créditos Fotográficos
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