Monroyo, Teruel: Historia, senderismo y encanto rural en el corazón del Matarraña
En la cara más agreste del Matarraña, entre lomas boscosas, barrancos profundos y antiguas fortificaciones, emerge un pueblo que ha sabido conservar su esencia medieval sin renunciar a las comodidades del presente. Hablamos de Monroyo (Mont-roig de Tastavins en catalán), una localidad de apenas 300 habitantes ubicada en Teruel, donde cada piedra habla de historia, y cada sendero lleva al corazón de un paisaje lleno de autenticidad. Descubre con nosotros todo lo que ofrece Monroyo: su legado medieval, sus rutas de senderismo, sus paisajes forestales, su sabor a trufa negra y jamón curado… y su calma rural inalterable.

Entre montañas y barrancos: geografía y entorno natural
Monroyo se ubica en la comarca del Matarraña, al noreste de la provincia de Teruel, en la conocida como Franja de Aragón, donde se habla una variante del catalán. El núcleo urbano se asienta a 857 metros de altitud, rodeado de sierras como la de la Molinera, la de los Sabinosos o la sierra de Monroyo, así como por cursos de agua como el río Tastavins o el río de Monroyo.

Su terreno montañoso y sus bosques de pinos, carrascas y encinas lo convierten en un paraíso para quienes buscan aire puro, tranquilidad y senderos poco transitados. Es un entorno ideal para practicar senderismo, ciclismo, observación de aves o simplemente para desconectar entre naturaleza y patrimonio.

Un viaje al pasado: historia y legado de Monroyo
Orígenes remotos
Los primeros vestigios humanos en la zona se remontan al Eneolítico, con hallazgos como el taller de sílex de els Germanells. Más adelante, se asentaron los íberos, y ya en época musulmana el lugar se convirtió en una importante fortaleza, un hisn con posición estratégica sobre la meseta de la Muela.
Edad Media y la Orden de Calatrava
En 1169, Monroyo fue reconquistado por Alfonso II, y en 1209 pasó a manos de la Orden de Calatrava, que repobló y fortificó el territorio. La villa fue creciendo al abrigo del Castillo de la Muela, hoy desaparecido, pero cuyas trazas aún se adivinan en el entorno.

El poder de Monroyo se extendía a las actuales localidades de Peñarroya, Ráfales, Belmonte, Fórnoles o Torre de Arcas, hasta que estas fueron obteniendo su independencia jurídica en los siglos XIV y XV.
Guerras, incendios y reconstrucción
Monroyo fue asaltado y saqueado en la Guerra de Sucesión (1705), durante la Guerra de la Independencia (1809-1810) y de nuevo en las Guerras Carlistas (1839), donde perdió más de 130 edificios en un incendio. En la Guerra Civil también fue frente de batalla y bombardeo. Pese a todo, Monroyo ha sabido resurgir y conservar buena parte de su patrimonio histórico.

Qué ver en Monroyo: imprescindibles del casco urbano
Aunque pequeño, el casco urbano de Monroyo es una joya medieval que invita a perderse sin rumbo. Aquí te dejamos algunos de los lugares que no puedes perderte:
Ayuntamiento y Plaza de la Iglesia
El acceso se realiza por una escalinata empedrada que conecta con la Plaza Josa. El edificio del ayuntamiento (siglo XVI), construido en sillería, destaca por su lonja porticada de gran belleza.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
Construida en el siglo XVI en estilo renacentista, cuenta con una impresionante pila bautismal y un órgano de tubos de gran valor patrimonial. Su torre domina el perfil del pueblo.

Casas nobles
Entre los rincones pintorescos destacan la Casa Raimundo, Casa del Tío Casto, la Casa de las Monjas y el Palacio del Marqués de Santa Coloma, ejemplos magníficos de arquitectura civil del Matarraña, con aleros de madera y balcones forjados.

Naturaleza viva: rutas de senderismo en Monroyo
Monroyo es un excelente punto de partida para explorar a pie las sierras, barrancos y bosques que lo rodean. Muchas de sus rutas están señalizadas y permiten disfrutar de un entorno natural tranquilo, sin aglomeraciones. A continuación, te detallamos algunas con sus niveles de dificultad y duración aproximada:

1.Ruta circular a la Fuente de la Mançana
Dificultad: Fácil
Un paseo relajado entre pinares y campos de cultivo que lleva a una fuente tradicional en un entorno fresco y sombrío. Ideal para familias o senderistas poco experimentados.
Duración: 1h 30 min – 2 horas
2. Ruta a Torre de Arcas por senda tradicional
Dificultad: Media
Ruta lineal que conecta Monroyo con Torre de Arcas a través de barrancos y monte bajo. Ideal para quienes buscan tranquilidad absoluta y contacto con la naturaleza.
Duración: 2h – 2h 30 min

3. Ruta de las cárceles del Matarraña
La ruta puede realizarse en coche o a pie según el tramo, e incluye pueblos como Ráfales, Belmonte o Torre de Arcas, donde se conservan antiguos calabozos medievales y documentos carcelarios del siglo XVIII. Una forma diferente de conocer la historia desde sus rincones más oscuros.
4. Ruta a Peñarroya de Tastavins
Dificultad: Media
Ruta lineal que atraviesa colinas y antiguos caminos de herradura. Puede alargarse haciendo noche o combinándola con otras rutas en Peñarroya. Recomendable llevar agua y buen calzado.
Duración: 2h 30 min – 3 horas (solo ida)
5.Ruta al Castillo de la Muela (restos)
Dificultad: Fácil
Un ascenso corto pero pronunciado desde el centro del pueblo hasta los restos del antiguo castillo. Buenas vistas desde lo alto. Se puede combinar con la Torre del Reloj.
Duración: 45 min – 1 hora

Gastronomía: trufa negra, jamón y tradición
Monroyo no solo se recorre con los pies, también con el paladar. La trufa negra es una joya gastronómica de la zona, muy valorada en la alta cocina. Se cultiva, se recolecta y se comercializa desde aquí a todo el mundo.

Otros productos destacados son:
- Jamón de Teruel DOP, curado en altura
- Garbanzos de vigilia
- Perdiz escabechada
- Crespells y casquetes (dulces tradicionales)
- Cuajada y miel de montaña
Muchos restaurantes locales y casas rurales ofrecen menús de trufa en temporada, entre noviembre y marzo.
Curiosidades y leyendas: entre el Cid y los incendios
Según la tradición local, el Cid Campeador descansó en varias ocasiones en el castillo de Monroyo durante sus campañas. También se dice que Sancho Ramírez y Jaime I el Conquistador pasaron por aquí y mandaron reforzar sus defensas. Otro elemento curioso: el reloj de la Torre, aún en funcionamiento, debe ser dado a cuerda a mano una vez por semana, conservando una tradición que se remonta al siglo XIX. Y si oyes el apodo de «sucarrats», no es casualidad: así llaman en la comarca a los monroyenses por los múltiples incendios que ha sufrido el pueblo a lo largo de la historia.

Consejos prácticos para visitar Monroyo
Monroyo es un destino ideal para una escapada rural en cualquier época del año, pero hay algunos aspectos prácticos que conviene tener en cuenta para aprovechar al máximo la experiencia.

¿Cuántos días quedarse?
Aunque el pueblo se puede recorrer en una mañana, lo ideal es dedicarle al menos dos días completos para disfrutar con calma de su patrimonio, sus rutas de senderismo y su entorno natural. Además, permite combinar la visita con otras localidades cercanas del Matarraña como Peñarroya de Tastavins, Ráfales, La Fresneda o Valderrobres.
Mejor época para visitarlo
La primavera y el otoño son los mejores momentos: temperaturas suaves, días largos y los colores del paisaje en su máximo esplendor. En invierno, la zona puede ser fría y nevada, pero conserva un encanto especial. En verano, si bien hace calor, su altitud permite noches frescas.

Alojamiento en Monroyo: calma y encanto rural
Aunque Monroyo es un pueblo pequeño, ofrece opciones acogedoras para quienes desean pernoctar y disfrutar de la tranquilidad del entorno sin prisas. La mayoría de los alojamientos mantienen la estética tradicional del Matarraña: construcciones de piedra, techos de madera y una decoración rústica pero cuidada, ideal para una escapada rural con todas las comodidades.
Dado que el número de plazas es limitado, sobre todo en temporada alta o fines de semana, se recomienda reservar con antelación. Y si no encuentras disponibilidad en Monroyo, puedes ampliar la búsqueda a localidades cercanas como Peñarroya de Tastavins, Ráfales o La Fresneda, todas a pocos minutos en coche y con una oferta similar de alojamientos rurales.
Fiestas y tradiciones: alma colectiva
Monroyo mantiene vivas muchas celebraciones populares, entre las que destacan:
- Fiestas de San Miguel (29 de septiembre): conmemoración de la feria histórica de 1382, con actos religiosos, mercados, música y comida popular.
- Romería a la ermita de la Mançana: celebración rural con raíces centenarias.
- Jornadas de la trufa negra (invierno): degustaciones, mercados y demostraciones de recolección.
Además, el pueblo cuenta con un calendario cultural activo: teatro, ferias, conciertos y exposiciones, especialmente en verano.

Cómo llegar a Monroyo
Monroyo está perfectamente comunicado:
- A 155 km de Teruel, por la N-232.
- A 30 km de Alcañiz y Morella, ideal para escapadas de un día.
- Con acceso directo desde la carretera autonómica A-1414 y parada de autobuses regionales.
Conclusión: por qué visitar Monroyo
Monroyo es uno de esos lugares que no aparecen en todas las guías, pero que una vez descubres, se quedan contigo. Aquí no hay grandes masas ni selfies de postal. Solo la brisa en los pinos, el eco de unas campanas, y la certeza de haber encontrado un rincón auténtico de Aragón. Es historia, paisaje, gastronomía y vida rural. Es un castillo que ya no está, pero cuya memoria lo cubre todo. Es la trufa negra, el jamón curado y los senderos que cruzan valles. Si buscas un destino tranquilo, auténtico, ideal para el turismo rural, el senderismo o la fotografía, Monroyo, en Teruel, te espera con los brazos abiertos. ¿Listo para descubrir el alma del Matarraña? Para disfrutar al máximo de tu escapada rural, te dejamos algunos productos útiles que puedes adquirir antes de tu viaje para que vayas preparado a esta maravillosa escapada:
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