Qué ver en Artà, Mallorca: historia, cultura, naturaleza y playas
En el noreste de Mallorca, en pleno corazón de la comarca del Llevant, se alza Artà, un municipio que conserva como pocos la esencia auténtica de la isla. A diferencia de otros lugares que han sucumbido al turismo de masas, este pintoresco pueblo mallorquín ha sabido mantener su carácter, sus tradiciones y su ritmo pausado. Aquí encontrarás un destino completo: historia milenaria, calles empedradas llenas de encanto, paisajes naturales vírgenes, calas salvajes y un patrimonio cultural único.

Historia de Artà: de Yartan a la Mallorca actual
Los orígenes de Artà se remontan a tiempos prehistóricos. Los restos arqueológicos hallados en el municipio, como el famoso poblado talayótico de Ses Païsses, demuestran que la zona ya estaba habitada hace más de 3.000 años. Posteriormente, los romanos también dejaron su huella, y durante la dominación musulmana la península de Yartan fue uno de los trece distritos en los que se dividía Mallorca. De hecho, el topónimo Artà deriva del árabe yartan, que significa “jardín”. Tras la conquista cristiana, la villa tomó impulso gracias a la fundación del priorato de Santa María de Bellpuig en el siglo XIII. Hasta el siglo XV, la localidad se conocía como Almudaina, y el término Artà designaba a todo el distrito.

La historia del pueblo también está marcada por episodios duros, como la peste bubónica de 1820, que acabó con más de 1.200 vidas. Sin embargo, Artà siempre se ha caracterizado por la resistencia de su gente. La agricultura, la artesanía y la manufactura de palmito fueron actividades clave para la supervivencia local hasta bien entrado el siglo XX. Hoy en día, aunque el turismo forma parte de su economía, Artà ha sabido mantener su autenticidad, convirtiéndose en uno de los pueblos más interesantes de Mallorca.

Un Paseo por el Encantador Casco Antiguo
Perderse por el centro histórico de Artà es una experiencia imprescindible. Sus calles empedradas, con puertas y ventanas pintadas de verde o rojo, conservan el aire tradicional mallorquín. El casco antiguo se divide en dos zonas:
- El barrio obrero, situado en la parte baja, con casas humildes y vida tranquila.
- El barrio aristocrático, en la parte alta, donde los antiguos terratenientes levantaron sus palacetes, algunos hoy reconvertidos en museos o alojamientos.

El corazón del pueblo es la Plaça del Conqueridor, perfecta para hacer una pausa bajo la sombra de los árboles traídos de América siglos atrás. Aquí también se celebra el mercado semanal de los martes, uno de los más animados de la isla, con productos locales, frutas, verduras, ropa y artesanía. Desde las fortificaciones medievales hasta los encantadores y sinuosos callejones, cada rincón desvela una historia, convirtiendo al casco antiguo de Artà en un tapiz viviente de historia y tradición.

Cuando serpenteas por las calles antiguas, el sonido de la música y las risas llena el aire, creando un ambiente alegre y relajado. La disposición cálida y amistosa de los lugareños contribuye a crear una atmósfera acogedora, haciendo que todo visitante se sienta como un huésped muy apreciado en esta ciudad sin tiempo. La fusión del rico patrimonio, la deliciosa cocina y el tranquilo ritmo de vida crean un encanto irresistible, que atrae a los visitantes a comprometerse con el alma de esta pintoresca ciudad.

Monumentos y lugares imprescindibles en Artà
1. La Iglesia de la Transfiguración del Señor
Visible desde cualquier punto del pueblo, esta iglesia gótica comenzó a construirse en 1563 sobre un templo anterior de 1240, aunque no se terminó hasta finales del siglo XIX. Su imponente fachada neogótica domina el paisaje urbano. Desde la parte trasera parten unas escaleras de piedra que conducen hacia el Santuario de Sant Salvador.

Sant Salvador: el corazón espiritual e histórico de Artà
Es el icono más reconocible de Artà. Situado en lo alto de la colina que domina el pueblo, está rodeado por una muralla medieval. Se accede subiendo unos 180 escalones a la sombra de cipreses centenarios. La vista desde arriba es espectacular: el valle de Artà, el Parque Natural del Llevant e incluso, en días claros, la silueta de Menorca.
El santuario fue originalmente una fortaleza musulmana, reconvertida en templo cristiano tras la conquista. Durante la peste de 1820 llegó a utilizarse como hospital improvisado. Hoy es uno de los enclaves más visitados de Mallorca por su mezcla de historia y paisaje.

La muralla que rodea el santuario tiene forma ovalada y ha sido testigo de múltiples reformas. En el siglo XVI fue reforzada para proteger a los vecinos de los ataques corsarios, y en el siglo XX, fue restaurada casi por completo, devolviéndole su aspecto defensivo original con almenas y una torre reconstruida. El actual templo fue construido entre 1825 y 1832 y es una iglesia de cruz latina, sencilla pero imponente, de estilo neoclásico. En su interior destaca una cúpula pintada en 1892 con una escena celestial, y la figura románica de la Virgen del Salvador, patrona de Artà desde 1922, que originalmente procedía del monasterio de Bellpuig.

A un lado del recinto se encuentra la vivienda del Donat, el responsable del mantenimiento del santuario durante siglos. Esta casa del siglo XVI, restaurada en los años 70, es uno de los ejemplos mejor conservados de arquitectura tradicional mallorquina, con detalles como el portal de marés, las ventanas enrejadas o una elegante ventana renacentista decorada con motivos vegetales. Subir a Sant Salvador no solo es una visita cultural, sino también una experiencia paisajística y espiritual. Desde lo alto, se puede contemplar Artà en todo su esplendor, con la Sierra de Llevant al fondo, y respirar esa calma que solo los lugares con historia saben transmitir.

El Monasterio de Santa María de Bellpuig
Situado a pocos kilómetros de Artà, este antiguo monasterio data del siglo XIII y está ligado a la llegada de los monjes premonstratenses tras la conquista de Jaime I. Un rincón cargado de espiritualidad e historia.

Poblado Talayótico de Ses Païsses: un viaje a la prehistoria de Mallorca
A solo 300 metros del centro de Artà, se encuentra uno de los yacimientos prehistóricos más importantes y mejor conservados de Mallorca: el poblado talayótico de Ses Païsses. Fundado alrededor del año 850 a.C., este asentamiento fue creciendo con el tiempo hasta convertirse en un auténtico núcleo habitacional, protegido por una imponente muralla ciclópea que aún se puede admirar hoy en día.

El recinto tiene una forma elíptica y ocupa más de 13.000 m². En su interior se conservan diversas estructuras, como el talayot central —punto de origen del poblado—, una sala hipóstila y otras construcciones que probablemente fueron viviendas. Aunque muchas zonas aún no han sido excavadas, lo que ya se ha descubierto ofrece una ventana fascinante a la vida de los primeros pobladores de la isla.

El conjunto fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1946, y su portal de grandes piedras encajadas, típico de la arquitectura ciclópea, es una de las entradas más espectaculares de este tipo de asentamientos. Frente a ella se erige un monolito en honor al poeta mallorquín Miquel Costa i Llobera, quien se inspiró en este lugar para su poema La deixa del geni grec. Visitar Ses Païsses es una forma perfecta de sumergirse en el pasado más remoto de Mallorca, justo a las puertas del encantador casco antiguo de Artà.

Cuevas de Artà: un espectáculo natural subterráneo
En los acantilados de la costa de Canyamel se encuentran las Cuevas de Artà, una maravilla geológica que lleva siglos fascinando a viajeros. Según la leyenda, durante la reconquista las tropas cristianas encontraron aquí a miles de musulmanes escondidos.
La visita guiada dura unos 45 minutos y permite recorrer salas inmensas decoradas con estalactitas y estalagmitas que forman figuras sorprendentes. La “Reina de las Columnas”, con sus 22 metros de altura, es la estrella de este espectáculo natural. Fueron, además, las primeras cuevas abiertas al turismo en Mallorca, mucho antes que las célebres Cuevas del Drach.

Parque Natural de la Península de Llevant: naturaleza salvaje y biodiversidad en estado puro
El Parque Natural de la Península de Llevant es uno de los grandes tesoros naturales del noreste de Mallorca. Con más de 17.000 hectáreas que combinan espacios montañosos, zonas costeras, playas vírgenes y áreas marinas protegidas, este enclave abarca parte de los municipios de Artà, Capdepera, Sant Llorenç y Santa Margalida. Aquí se encuentran algunas de las cimas más elevadas del Llevant mallorquín, como la Talaia Freda o el Puig des Porrassar, así como acantilados imponentes y calas solitarias como Cap de Ferrutx.

Este parque, incluido en la red europea Natura 2000, es un verdadero refugio para especies endémicas y hábitats mediterráneos únicos: encinares, pinares, sistemas dunares y zonas húmedas, que conviven con antiguas fincas agrícolas y elementos patrimoniales como norias, torres de vigilancia o restos de la ocupación islámica y la época talayótica. La biodiversidad es impresionante: desde la curruca balear hasta el buitre negro, pasando por tortugas mediterráneas, murciélagos, y mariposas del madroño. También destacan especies vegetales únicas como la peonía balear o el cojinete de monja.

Además, las praderas submarinas de posidonia están en excelente estado de conservación, esenciales para la salud de las playas. El parque cuenta con una extensa red de rutas señalizadas para senderismo y cicloturismo, muchas de ellas accesibles desde las fincas públicas de Albarca, s’Alqueria Vella o Son Real, donde también se ofrecen refugios, centros de interpretación y actividades guiadas. Las vistas panorámicas, la tranquilidad y la conexión con la historia y la tierra hacen que recorrer esta zona sea una experiencia profundamente enriquecedora.

Playas y calas de Artà
Aunque el pueblo no se sitúa en primera línea de mar, el municipio cuenta con algunas de las playas más salvajes y espectaculares de Mallorca. Entre las más recomendadas:
- Cala Torta: amplia, de arena dorada y aguas cristalinas. Muy apreciada por los locales. Te hablamos de ella a continuación.
- Cala Mitjana: más pequeña y escondida, ideal para quienes buscan tranquilidad.
- Cala Estreta: accesible solo a pie, perfecta para sentir la Mallorca más virgen.
- Cala Mesquida: compartida con Capdepera, famosa por sus dunas y su ambiente familiar.
- s’Arenalet des Verger: dentro del Parque Natural del Llevant, un paraíso apenas tocado por el hombre.
Si buscas playas solitarias y auténticas, Artà es tu destino ideal.
Cala Torta: naturaleza salvaje y aguas cristalinas
A solo 10 km de Artà, Cala Torta es una de las calas más vírgenes del noreste de Mallorca, enclavada dentro del Parque Natural de la Península de Llevant. Rodeada de acantilados y sin edificaciones a la vista, esta playa de arena blanca y aguas limpias es perfecta para quienes buscan desconexión total en plena naturaleza. Con unos 200 metros de longitud y 80 de anchura, Cala Torta no dispone de servicios ni chiringuito, así que conviene venir preparado con agua, comida y protección solar.

El acceso no es sencillo: se llega por una carretera en mal estado que solo se recomienda para vehículos 4×4. Muchos visitantes optan por dejar el coche a cierta distancia y continuar a pie. Aunque no es la playa más cómoda para familias con niños pequeños (el agua gana profundidad rápidamente), es ideal para nadar, hacer snorkel y tomar el sol. El nudismo está bien aceptado en algunas zonas. Si quieres más aventura, puedes hacer senderismo hasta Cala Mesquida por una ruta señalizada o incluso apuntarte a una excursión a caballo por la costa. Cala Torta es naturaleza en estado puro, una experiencia para los sentidos y un gran contraste con las playas más turísticas de Mallorca.

Tradiciones y fiestas populares
La vida en Artà gira en torno a sus tradiciones, que los habitantes defienden con orgullo. Entre las fiestas más destacadas:
- Sant Antoni (16 y 17 de enero): con los famosos dimonis y foguerons, una de las celebraciones más intensas de Mallorca.
- Semana Santa: con procesiones solemnes que recorren el casco antiguo.
- Sant Salvador (primer domingo de agosto): en honor al patrón del pueblo, con actividades religiosas y festivas.
- Fira d’Artà (primer domingo de septiembre): una feria agrícola y artesanal que atrae a visitantes de toda la isla.
El calendario festivo demuestra que, más allá de su historia y su paisaje, Artà es también un pueblo vivo y participativo.

Qué hacer en los alrededores de Artà
Además de todo lo que el pueblo ofrece, desde aquí es fácil explorar otros puntos de interés del noreste de Mallorca:
- Colònia de Sant Pere: antiguo asentamiento agrícola fundado en el siglo XIX, hoy convertido en un tranquilo pueblo costero.
- Cala Ratjada y Cala Bona: con más ambiente turístico, pero ideales para una excursión.
- Capdepera: con su imponente castillo medieval, a solo unos minutos en coche.
- Manacor: la segunda ciudad de Mallorca, con más servicios y ambiente urbano.

Rutas de senderismo y cicloturismo
Artà es también un paraíso para los amantes del deporte al aire libre:
- GR 222: un sendero de largo recorrido que conecta Artà con el Santuario de Lluc atravesando la isla de este a oeste.
- Vía Verde Manacor-Artà: 29 km de recorrido sobre el antiguo trazado ferroviario, hoy convertido en carril bici y sendero ideal para caminar o pedalear.
- Ruta a la Ermita de Betlem: un itinerario precioso entre valles y montañas, especialmente recomendable en primavera, cuando florecen los almendros.

¿Dónde alojarse en Artà?
Aunque Artà no es un núcleo turístico masificado, ofrece una selección de alojamientos con mucho encanto que encajan perfectamente con el espíritu tranquilo y auténtico del municipio. Desde hoteles boutique en antiguos caserones mallorquines hasta fincas rurales rodeadas de naturaleza, dormir en Artà es una experiencia ideal para quienes buscan desconexión, paisaje y tradición en un solo lugar. A continuación, te dejamos tres opciones recomendadas para disfrutar al máximo de tu estancia en esta zona de Mallorca:

Cómo llegar a Artà
- En coche: la forma más recomendable. Desde Palma, el trayecto dura aproximadamente 1 hora y 20 minutos por la carretera Ma-15. Aparcar en el centro puede ser complicado; lo mejor es dejar el coche a las afueras y entrar caminando.
- En transporte público: no hay conexión directa desde Palma. Es necesario llegar a Manacor en tren o autobús y después tomar la línea 411 hasta Artà, aunque el servicio es limitado.
- En bicicleta o a pie: la Vía Verde es una opción excelente para quienes quieran llegar de manera sostenible disfrutando del paisaje.
Qué ver en Mallorca
En tu visita a la isla, te dejamos una serie de lugares que tenemos incluidos en nuestro mapa por si los quieres añadir a tu itinerario:
-Playas y calas paradisíacas
- Cala Romántica: es una cala escondida, con acantilados cubiertos de pinos y aguas de un azul cristalino que invitan a perderse. A 32 minutos en coche (25.1 km).
- Cala Blava: aire tranquilo y familiar que la convierte en un refugio perfecto para quienes buscan huir de las playas más masificadas de la isla. A 1 hora y 3 minutos en coche (73 km).
- Portal Vells: zona costera que cuenta con aguas cristalinas, tres pintorescas calas y una cueva histórica. A 1 hora y 21 minutos en coche (74.2 km).
- Camp de Mar: elegido por viajeros que buscan playas de ensueño, gastronomía de calidad y un entorno tranquilo. A 1 hora y 18 minutos en coche (98.5 km).
- Cala Mesquida: experiencia playera en un entorno aún salvaje, lejos del bullicio de las zonas más urbanizadas. A 18 minutos en coche (13.5 km).
-Lugares con Encanto
- Cala Figuera: encantador puerto pesquero, conocido por su belleza natural y su ambiente tranquilo. A 1 hora y 8 minutos en coche (57.1 km).
- Sa Pobla: lugar con patrimonio cultural y un entorno natural único como el Parc Natural de s’Albufera. A 42 minutos en coche (36 km).
- S’Illot: lugar que combina un pasado arqueológico único, playas tranquilas y un ambiente relajado. A 27 minutos en coche (19.9 km).
- Porto Petro: rodeado de calas cristalinas y enmarcado por el Parque Natural de Mondragó. A 1 hora en coche (49.2 km).
- Santa Margarita: localidad que conserva un espíritu auténtico, alejado en gran medida de las rutas turísticas masivas. A 26 minutos en coche (25.2 km).
- Estellencs: un idílico pueblo costero asentado en la Sierra de Tramuntana de Mallorca. A 1 hora y 42 minutos en coche (101 km).
-Lugares Turísticos
- Sant Elm: fue un humilde puerto pesquero y se ha transformado con los años en un apacible destino turístico. A 1 hora y 29 minutos en coche (107 km).
- Sa Ponsa: lugar cosmopolita y vibrante, repleto de hoteles, restaurantes, clubes náuticos y campos de golf. A 1 hora y 15 minutos en coche (92.4 km).
- Magaluf: zona referente de Mallorca, playas de aguas turquesa y arenas finas, infraestructuras modernas, espectáculos y parques temáticos y vida nocturna. A 1 hora 11 minutos en coche (88.5 km).
- Can Picafort: uno de los grandes complejos turísticos de la isla, hace apenas unas décadas era un humilde pueblo de pescadores. A 23 minutos en coche (23.5 km).
Consejos prácticos para tu visita a Artà
- Madruga para el mercado de los martes, ya que suele llenarse rápidamente.
- Lleva calzado cómodo: tanto para recorrer las calles empedradas como para explorar las rutas de senderismo.
- Evita agosto si quieres disfrutar de las calas con más tranquilidad.
- Prueba la gastronomía local: panades, robiols y sobrasada son imprescindibles.
- Disfruta de las fiestas: son la mejor manera de sentir el alma del pueblo.

Una experiencia que enriquecerá tu visita
Artà es mucho más que un pueblo bonito: es un compendio de historia, cultura, naturaleza y tradición. Desde el Santuario de Sant Salvador hasta las calas vírgenes del Llevant, pasando por el bullicio del mercado semanal, este rincón del noreste mallorquín ofrece una experiencia auténtica y completa. Si buscas la Mallorca más genuina, alejada de las aglomeraciones turísticas pero llena de vida y encanto, Artà debe estar en tu lista de imprescindibles.
Si quieres ir bien preparado a tu escapada por Artà, te dejamos una selección de objetos para que no te falte de nada:
- Zapatillas de senderismo
- Set de Snorkel
- Toalla de microfibra compacta
- Crema solar resistente al agua
- Gafas de sol polarizadas
- Chanclas antideslizantes
- Mochila antirrobo
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