Santa Margarita, Mallorca: historia, playas y tradiciones en el corazón del Pla
En el norte de Mallorca, entre campos de cereales, algarrobos y almendros en flor, se encuentra Santa Margarita (en catalán Santa Margalida), un municipio que combina la esencia rural del Pla de Mallorca con la energía de su litoral mediterráneo. Conocida también como La Vila, esta localidad conserva un espíritu auténtico, alejado en gran medida de las rutas turísticas masivas, pero con tesoros culturales, naturales y festivos que la convierten en un destino imprescindible para quienes buscan descubrir la Mallorca más genuina.

Breve historia de Santa Margalida
El municipio abarca tres núcleos principales: Santa Margalida, la capital y centro histórico; Can Picafort, un animado resort costero en plena Bahía de Alcúdia; y Son Serra de Marina, con una de las playas vírgenes más extensas y salvajes de la isla. En conjunto, suman cerca de 12.000 habitantes que mantienen vivas tradiciones centenarias, a la vez que acogen a miles de visitantes atraídos por sus playas de arena fina, sus yacimientos arqueológicos y su atmósfera mediterránea.

La zona de Santa Margalida ha estado habitada desde tiempos prehistóricos. Los vestigios talayóticos, romanos, islámicos y medievales conviven en un territorio que siempre ha tenido un papel clave en el norte de Mallorca. Uno de los enclaves más destacados es la necrópolis de Son Real, un yacimiento arqueológico único en el Mediterráneo occidental. Este cementerio fenicio, datado en el siglo VII a. C., ocupa buena parte de la costa y revela la importancia del área como lugar de culto y de asentamiento humano.

En época musulmana, Santa Margalida formaba parte del distrito de Algebelí. Tras la conquista de Mallorca por Jaume I en 1229, el territorio se redistribuyó y el pueblo quedó bajo dominio del Comtat d’Empúries. El Llibre del Repartiment (1232) recoge ya la denominación de Hiachat, antecedente directo de la actual Santa Margalida. El pueblo se organizó en torno a la iglesia parroquial de Santa Margalida, levantada en el siglo XIII y dedicada a la mártir homónima. Desde entonces, la vida rural y agrícola marcó el ritmo del municipio durante siglos, con el cultivo de cereales, almendros y algarrobos como base de la economía.

Qué ver en Santa Margalida
Aunque pequeña, la capital municipal guarda rincones de gran interés cultural y arquitectónico que reflejan su historia agrícola y religiosa.
1. Plaça de la Vila
Es el centro neurálgico de Santa Margalida, donde cada martes y sábado se celebra el mercado semanal con puestos de fruta, verdura, flores, ropa y productos locales como la sobrasada o los quesos artesanales. La plaza es además un punto de encuentro para locales y visitantes.

2. Iglesia parroquial de Santa Margalida
Construida en el siglo XIII y reformada en épocas posteriores, su estructura gótica y el campanario destacan sobre el perfil del pueblo. Desde la parte trasera se obtienen vistas panorámicas de los campos del Pla de Mallorca. En su interior se conservan retablos y obras sacras de gran valor.

3. Passeig des Pouàs y Mirador d’Església
Un paseo arbolado que conduce hasta el mirador junto a la iglesia. Desde aquí se aprecia la tranquilidad del entorno rural que rodea el pueblo.

4. Molinos de harina
Los molinos de Molí d’en Curt y Molí d’en Cifre, a pocos minutos del centro, recuerdan la importancia de la molienda de grano en la economía tradicional de Santa Margalida.

5. Edificios históricos, pozos y sistemas hidráulicos
En las calles del casco antiguo se encuentran joyas arquitectónicas como la Posada de sa Boleda, Sa Granja, Can Camisa y la Apotecaria Vella, antigua botica con encanto. También destaca la casa rectoral del siglo XVI y la señorial Can Verge Vell, vinculada a la familia de Juan March. En los alrededores abundan restos etnológicos como el Pou d’Hero, de origen romano, o el molino de agua de S’Hort des Mestre, testigos de la importancia del agua en la vida rural.

Patrimonio arqueológico: la Finca Pública de Son Real
Uno de los grandes tesoros de Santa Margalida es la Finca Pública de Son Real, situada entre Can Picafort y Son Serra de Marina. Este espacio combina naturaleza, historia y arqueología:
- Necrópolis de Son Real: un conjunto funerario fenicio de casi 4.000 años de antigüedad.
- Possessió mallorquina: una finca rústica tradicional que muestra cómo eran las antiguas explotaciones agrícolas de la isla.
- Rutas de senderismo y ciclismo: varios itinerarios recorren pinares, dunas y la costa, perfectos para combinar deporte y cultura.

Can Picafort y Son Serra de Marina
El litoral de Santa Margalida ofrece dos caras bien diferenciadas:
- Can Picafort: antaño un pequeño pueblo de pescadores con apenas 200 habitantes, hoy es un animado centro turístico con hoteles, restaurantes, paseo marítimo y playas familiares. Su desarrollo comenzó en los años 70 y hoy cuenta con más de 10.000 plazas turísticas. Está flanqueado por dos espacios naturales de gran valor: el Parque Natural de S’Albufera y la finca de Son Real. Te dejamos aquí el enlace al artículo sobre Can Picafort.
- Son Serra de Marina: todo lo contrario. Se trata de un enclave tranquilo, sin grandes hoteles, con una de las playas vírgenes más largas de la isla. Es ideal para practicar deportes acuáticos como surf o windsurf, o simplemente para disfrutar de un entorno natural sin aglomeraciones.
Son Serra de Marina: playa salvaje entre arena gruesa, historia y naturaleza
A unos 11 km de Can Picafort, y en pleno término de Santa Margarita, se encuentra Son Serra de Marina, una playa tranquila y poco urbanizada que representa una de las joyas naturales menos masificadas del noreste de Mallorca. A lo largo de su extensa costa de arena dorada y roca baja, esta playa mantiene una atmósfera salvaje y auténtica, muy alejada del bullicio de otras zonas turísticas de la isla. El paisaje aquí es diferente: la arena tiene un grano más grueso y un color algo más oscuro, con tramos donde se acumulan restos de posidonia, algo natural en playas menos intervenidas. Por su extremo derecho desemboca el Torrent de na Borges, que además de aportar frescura y vegetación al entorno, marca el límite natural entre los municipios de Santa Margarita y Artà. Hacia el lado izquierdo, en cambio, se encuentran las modestas instalaciones del Club Nàutic Serra Nova, recordando que esta zona también tiene tradición marinera.

El núcleo residencial, disperso y tranquilo, conserva una antigua torre de defensa redonda, desde la cual se obtienen vistas espectaculares del Cap de Farrutx y la bahía de Alcúdia. Como curiosidad, en los años 70, existía una cláusula insólita en las escrituras de las parcelas que prohibía que hombres y mujeres se bañaran juntos; hoy, el espíritu libre se ha impuesto, y el nudismo es una práctica habitual y bien aceptada en varias zonas de esta playa. Aunque no cuenta con servicios como hamacas o socorristas, Son Serra de Marina es muy apreciada por familias locales, parejas que buscan paz y también por quienes practican deportes acuáticos de forma independiente. Acceder es sencillo, ya que se puede llegar fácilmente en coche y dejarlo en alguno de los aparcamientos gratuitos cercanos a la orilla. Un lugar perfecto si buscas desconexión, naturaleza sin filtros y la esencia más relajada de Mallorca.

Ermita de Bonany: espiritualidad, historia y vistas inolvidables en el corazón de Mallorca
A poca distancia de Santa Margarita, en el vecino municipio de Petra, se alza la Ermita de Bonany, un rincón que combina tranquilidad, tradición y una panorámica impresionante del Pla de Mallorca. Situada en lo alto de un pequeño monte, esta ermita fue construida en honor a una figura de la Virgen que, según cuenta la tradición, fue encontrada por un pastor tras haber sido escondida durante la ocupación islámica. La historia local recuerda especialmente un episodio de 1609, cuando los habitantes de Petra subieron hasta aquí para rogar por el fin de una dura sequía. Las lluvias llegaron poco después y la cosecha fue excelente, motivo por el cual se le dio el nombre de «Bonany», que significa “buen año” en mallorquín.

Aunque el edificio actual es una reconstrucción de los años 20 del siglo XX —la anterior ermita fue destruida por un rayo—, el entorno y el espíritu del lugar se han mantenido intactos: silencio, naturaleza y espiritualidad en lo alto de un monte rodeado de pinares. La visita a Bonany es ideal para quienes quieren desconectar, hacer una escapada desde la costa o incluso disfrutar de una comida al aire libre en su pequeña área recreativa, donde hay mesas habilitadas en un entorno muy cuidado. También puedes acceder en coche hasta la cima, por una carretera asfaltada que parte desde el centro de Petra.

Una opción original: dormir en la ermita
La hospedería de Bonany ofrece alojamiento rústico para grupos pequeños y viajeros que buscan algo distinto. Cuenta con cinco habitaciones sencillas con camas individuales (cuatro dobles y una triple), baño compartido en el pasillo, y una cocina con menaje, nevera, chimenea y sala comedor. El precio es muy económico: 15 € por persona y noche.

Además, disponen de dos salas adicionales para grupos o eventos, que pueden reservarse contactando directamente. La gestión de las reservas se hace por teléfono llamando al 971 82 65 68, y actualmente el uso de algunas instalaciones exteriores funciona “a la voluntad”. Una propuesta singular, ideal para quienes quieren vivir la Mallorca más auténtica y contemplativa, con unas vistas que merecen el viaje.

Fiestas y tradiciones
Santa Margalida es célebre por sus celebraciones, que combinan fervor religioso, folclore y tradiciones agrícolas.
- Fiestas patronales (20 de julio): dedicadas a Santa Margalida, con actividades culturales, deportivas y religiosas.
- Procesión de La Beata (primer domingo de septiembre): la fiesta más famosa del pueblo y una de las más importantes de Mallorca. Se honra a Santa Catalina Tomás, la primera santa mallorquina. La procesión incluye demonios con cencerros que rompen platos y vasijas, acompañando a la figura de la Beata.
- Festa des Segar y Festa des Sementer: celebraciones agrícolas que recrean las faenas de siega y siembra tradicionales.
- Sant Antoni (enero): hogueras, música y demonios para ahuyentar los malos espíritus.
- Carnavales (marzo): desfiles y disfraces llenan las calles.

Naturaleza y playas
El municipio de Santa Margalida cuenta con siete playas principales, la mayoría de arena blanca y aguas cristalinas:
- Playa de Santa Margalida (abajo en la foto)
- Son Bauló
- Na Patana
- Las Azucenas (s’Arenal d’es Casat)
- Cala Serralot
- Son Real
- Son Serra de Marina
Además, muy cerca se encuentran joyas como la Playa de Muro y el Parque Natural de s’Albufera, uno de los humedales más importantes del Mediterráneo occidental y paraíso del birdwatching.

Gastronomía y restaurantes
En el centro del pueblo, la oferta gastronómica es reducida pero auténtica. Entre los más recomendados:
- Sa Granja Calafat: tapas y cocina mallorquina en un ambiente familiar.
- Can Pep: especializado en pescado fresco y recetas tradicionales.
Para una mayor variedad, basta con acercarse a Can Picafort o Playa de Muro, donde abundan restaurantes frente al mar como Ponderosa, Can Gavella o Royal Beach Gastrosenses.

¿Dónde alojarse si visitas Santa Margalida?
Aunque el pueblo de Santa Margalida conserva su esencia rural y tranquila, la oferta de alojamiento es muy limitada. Por eso, la mejor opción para quienes buscan hoteles, apartamentos o alojamientos con más servicios es Can Picafort, ubicado a tan solo 10 minutos en coche.
Can Picafort combina una excelente infraestructura turística con playas de calidad, paseo marítimo, restaurantes y una ubicación perfecta para explorar el norte de Mallorca. Si estás planeando pasar varios días por la zona, te recomendamos echar un vistazo a nuestra guía completa de Can Picafort, donde encontrarás todo lo que necesitas saber para alojarte, moverte y disfrutar al máximo.

Cómo llegar a Santa Margalida
Santa Margalida está a 47 km del aeropuerto de Palma, lo que equivale a unos 45 minutos en coche por la carretera Ma-3011.
- 🚗 En coche: desde Palma o el aeropuerto se llega fácilmente en menos de una hora.
- 🚌 En transporte público: primero hay que tomar el autobús EMT A1 hasta la Plaza de España en Palma, y desde la Estación Intermodal enlazar con el bus TIB 390 hasta Santa Margalida. El trayecto completo dura unas 2 horas y media.
- 🚖 En taxi: el recorrido desde el aeropuerto cuesta en torno a 85 €.
- 🚙 Aparcamiento: gratuito en la vía pública.
Qué ver en Mallorca
En tu visita a la isla, te dejamos una serie de lugares que tenemos incluidos en nuestro mapa por si los quieres añadir a tu itinerario:
-Playas y calas paradisíacas
- Cala Romántica: es una cala escondida, con acantilados cubiertos de pinos y aguas de un azul cristalino que invitan a perderse. A 37 minutos en coche (34.8 km).
- Cala Blava: aire tranquilo y familiar que la convierte en un refugio perfecto para quienes buscan huir de las playas más masificadas de la isla. A 50 minutos en coche (64.1 km).
- Portal Vells: zona costera que cuenta con aguas cristalinas, tres pintorescas calas y una cueva histórica. A 58 minutos en coche (70.6 km).
- Camp de Mar: elegido por viajeros que buscan playas de ensueño, gastronomía de calidad y un entorno tranquilo. A 55 minutos en coche (74.9 km).
- Cala Mesquida: experiencia playera en un entorno aún salvaje, lejos del bullicio de las zonas más urbanizadas. A 37 minutos en coche (37 km).
-Lugares con Encanto
- Cala Figuera: encantador puerto pesquero, conocido por su belleza natural y su ambiente tranquilo. A 56 minutos en coche (56.7 km).
- Sa Pobla: lugar con patrimonio cultural y un entorno natural único como el Parc Natural de s’Albufera. A 18 minutos en coche (11.4 km).
- S’Illot: lugar que combina un pasado arqueológico único, playas tranquilas y un ambiente relajado. A 44 minutos en coche (41.7 km).
- Porto Petro: rodeado de calas cristalinas y enmarcado por el Parque Natural de Mondragó. A 53 minutos en coche (54.6 km).
- Estellencs: un idílico pueblo costero asentado en la Sierra de Tramuntana de Mallorca. A 1 hora y 23 minutos en coche (93.6 km).
-Lugares Turísticos
- Artà: quí encontrarás un destino completo, historia milenaria, calles empedradas llenas de encanto, paisajes naturales vírgenes, calas salvajes y un patrimonio cultural único. A 28 minutos en coche (25.2 km).
- Sant Elm: fue un humilde puerto pesquero y se ha transformado con los años en un apacible destino turístico. A 1 hora y 9 minutos en coche (84.5 km).
- Sa Ponsa: lugar cosmopolita y vibrante, repleto de hoteles, restaurantes, clubes náuticos y campos de golf. A 54 minutos en coche (69.9 km).
- Magaluf: zona referente de Mallorca, playas de aguas turquesa y arenas finas, infraestructuras modernas, espectáculos y parques temáticos y vida nocturna. A 50 minutos en coche (65.9 km).
- Can Picafort: uno de los grandes complejos turísticos de la isla, hace apenas unas décadas era un humilde pueblo de pescadores. A 11 minutos en coche (9.4 km).

Santa Margarita, un rincón auténtico de Mallorca
Santa Margalida es un destino que sorprende por su doble personalidad: un pueblo rural lleno de historia y tradiciones y, a la vez, un municipio con salida al mar que acoge tanto al bullicioso Can Picafort como a la salvaje Son Serra de Marina. Sus fiestas populares, la riqueza arqueológica de Son Real, sus mercados locales y la posibilidad de recorrer playas vírgenes convierten a Santa Margalida en un lugar único para descubrir la esencia de Mallorca.
Quienes visiten este rincón del Pla encontrarán un ambiente auténtico, perfecto para alternar la calma de la vida rural con la vitalidad del Mediterráneo.
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