Cala Mesquida, Mallorca: naturaleza salvaje y aguas turquesas en el noreste de la isla
En el extremo noreste de Mallorca, rodeada de dunas, pinares y un entorno natural protegido, se abre una de las playas más espectaculares de la isla: Cala Mesquida. Conocida también como S’Arenal de sa Mesquida, este rincón de arena blanca y aguas cristalinas pertenece al municipio de Capdepera y se ha convertido en una de las paradas imprescindibles para quienes buscan una experiencia playera en un entorno aún salvaje, lejos del bullicio de las zonas más urbanizadas.

Historia y curiosidades de Cala Mesquida
La historia de esta zona está estrechamente ligada a la del municipio de Capdepera. Los orígenes de la población se remontan a la cultura talayótica, con restos de la Edad de Bronce y del Hierro. Más tarde, los romanos conocían la zona como Caput Petrae —“cabeza de piedra”—, nombre que acabaría derivando en Capdepera. Durante la Edad Media, Jaume II fundó oficialmente el pueblo en 1300, y pocos años después se completaron las murallas defensivas del Castillo de Capdepera, levantadas para proteger a la población de los ataques piratas. Cala Mesquida, por su ubicación estratégica y de difícil acceso, fue durante siglos un lugar poco habitado.

Incluso en tiempos más recientes, sirvió como refugio de contrabandistas, que aprovechaban sus aguas y su relativa lejanía para introducir mercancías como tabaco o café. Hoy en día, además de su valor natural, Cala Mesquida conserva restos de antiguas torres de vigilancia y cuarteles de la Guardia Civil, testigos de esa época en la que la cala era más un escondite que un destino turístico.

Playas vírgenes y aguas cristalinas
Cala Mesquida no es una cala pequeña, como su nombre podría hacer pensar, sino una gran bahía de unos 300 metros de longitud y 130 de anchura. Su arena fina y dorada, sus aguas de tonos turquesa y la amplitud de su espacio hacen de ella un lugar muy apreciado tanto por familias como por jóvenes viajeros. Sin embargo, la fuerza del viento del norte y las corrientes que a menudo se levantan la convierten también en un destino favorito para surfistas y amantes de los deportes acuáticos. En 1991, el Parlamento balear declaró la zona de Cala Mesquida, Cala Agulla y Cala Moltó como Área Natural de Especial Interés, una protección que garantiza la conservación de su valioso ecosistema dunar y su rica avifauna, que incluye una de las colonias más numerosas de gaviotas y cormoranes de Baleares.

Una playa de contrastes
Lo que distingue a Cala Mesquida de otras playas mallorquinas es su carácter dual. En su lado derecho, se extiende un paisaje natural dominado por dunas, pinos y matorral mediterráneo, que conserva ese aire virgen que enamora a los amantes de la naturaleza. En el lado izquierdo, en cambio, se levanta una pequeña urbanización con hoteles, apartamentos y villas de vacaciones, donde no faltan cafeterías, restaurantes y servicios turísticos. Este equilibrio entre lo salvaje y lo cómodo la convierte en una playa versátil: tanto para quienes quieren perderse entre senderos y dunas, como para los que prefieren tener a mano un chiringuito y una hamaca para pasar el día.

Cala Mesquida ofrece servicios básicos como socorristas, alquiler de sombrillas y hamacas, duchas y un gran restaurante de playa. Sin embargo, no dispone de baños ni vestuarios, y los deportes acuáticos están limitados a actividades poco invasivas, como el esnórquel, el buceo o el alquiler de velomares. Una decisión acertada que mantiene la tranquilidad del lugar y evita la masificación propia de otras playas de Mallorca.

El mar en Cala Mesquida: calma y bravura
Las aguas de Cala Mesquida son poco profundas en su orilla, lo que facilita el baño de los más pequeños. No obstante, el viento del norte puede levantar olas de tamaño considerable, creando corrientes marinas que exigen precaución. Por ello, si viajas con niños es fundamental comprobar siempre la bandera del puesto de socorrismo y evitar adentrarse demasiado los días de fuerte oleaje.

Para muchos, estas condiciones hacen de Cala Mesquida un lugar menos recomendable para familias con niños pequeños; en cambio, son las que atraen a surfistas y aficionados al windsurf, especialmente fuera de la temporada alta. La transparencia del agua y la riqueza de su fondo marino convierten la cala en un punto de partida popular para excursiones de buceo y salidas de esnórquel. Varias empresas locales organizan inmersiones, mientras que quienes prefieren algo más tranquilo pueden explorar las rocas laterales de la bahía con gafas y tubo.

Senderismo y excursiones en los alrededores
Cala Mesquida no solo es playa: es también punto de partida de varias rutas de senderismo que recorren el noreste de Mallorca.
- Una de las más recomendadas es la que conecta con Cala Agulla a través del “Coll de Marina”, un sendero que atraviesa pinares y dunas, ideal para quienes disfrutan caminando junto al mar.
- Otra ruta muy popular es la que asciende hasta la Talaia de Son Jaumell, una antigua torre de vigilancia que ofrece espectaculares vistas sobre la costa y, en días despejados, incluso sobre la cercana isla de Menorca. El recorrido no es excesivamente largo, pero sí requiere buen calzado, ya que algunos tramos son pedregosos y empinados.
- Los más aventureros pueden continuar desde aquí hasta Cala Moltó y Cala Torta, dos playas vírgenes mucho menos concurridas que Mesquida, ideales para quienes buscan tranquilidad absoluta.

Unukorno, CC BY 4.0, via Wikimedia Commons
Qué ver cerca de Cala Mesquida
- Capdepera: este encantador pueblo medieval conserva callejuelas empedradas y casas de piedra adornadas con flores. Su gran atractivo es el Castillo de Capdepera, una fortaleza triangular del siglo XIV que ofrece magníficas vistas al mar. Cada mes de mayo, el pueblo se transforma con su famosa feria medieval, una celebración que transporta a vecinos y visitantes a otra época.

- Artà: a solo 15 km, es el núcleo más grande de la zona. Aunque ha crecido con el turismo, mantiene un aire tradicional y tranquilo. Su joya es el Santuari de Sant Salvador, una iglesia fortificada del siglo XIV renovada en el XIX, desde la que se domina todo el valle. Además, sus cuevas —las Coves d’Artà— son una excursión imprescindible para descubrir espectaculares formaciones de estalactitas y estalagmitas.
- Canyamel y la Torre de Canyamel: al sur de Capdepera, esta torre gótica del siglo XIII recuerda la importancia defensiva de la zona frente a los piratas. Hoy funciona como museo y centro cultural.
- Campos de golf: los aficionados a este deporte encontrarán en los alrededores campos de referencia como el Golf de Capdepera o el Golf de Canyamel, ambos con excelentes instalaciones y paisajes de postal.

Restaurantes y gastronomía
En la propia playa de Cala Mesquida se encuentra un gran restaurante junto al mar, con capacidad para muchas personas y un menú sencillo pero variado: hamburguesas, pollo, patatas fritas y, por supuesto, clásicos de la gastronomía balear como la tortilla, la paella o el pa amb oli. En la urbanización contigua hay más opciones de bares y cafeterías, perfectos para un almuerzo informal o una cena relajada tras un día de playa. Si prefieres una experiencia gastronómica más auténtica, basta con conducir hasta Capdepera o Artà, donde encontrarás desde restaurantes tradicionales mallorquines hasta propuestas de cocina internacional. Entre los más destacados de la zona se encuentra el restaurante del hotel Cases de Son Barbassa, que apuesta por ingredientes locales y de temporada.

Consejos prácticos para tu visita
- Explora los alrededores: combina tu día de playa con una visita cultural a Capdepera o un paseo por las cuevas de Artà.
- Comprueba el viento antes de ir: Cala Mesquida cambia completamente según las condiciones meteorológicas. Un día de calma puede ser idílico, pero con viento del norte el mar se vuelve bravo.
- Llega temprano en verano: el aparcamiento es gratuito, pero se llena rápido en temporada alta.
- Lleva calzado cómodo: si te animas a caminar hacia Cala Agulla o la Talaia de Son Jaumell, lo agradecerás.
- Precaución con los niños: la playa es amplia y poco profunda en la orilla, pero las corrientes pueden ser fuertes.

Cómo llegar a Cala Mesquida
Cala Mesquida se encuentra a 7 km de Capdepera y a 15 km de Artà, las dos localidades de referencia más cercanas.
- El acceso en coche es sencillo siguiendo la carretera que conecta ambas poblaciones, y la playa cuenta con un aparcamiento gratuito a unos 200 metros de la arena. Desde allí, un corto paseo a pie conduce a la orilla.
- Para quienes se alojan en la urbanización junto a la playa, existe una pasarela pavimentada que conecta directamente con la arena, facilitando el acceso sin necesidad de recorrer tramos de tierra.
- Si prefieres el transporte público, debes saber que la línea 422 del TIB conecta Capdepera con Cala Mesquida en verano. Desde Palma el trayecto dura unas dos horas y media con transbordo, y conviene consultar los horarios antes de viajar, ya que fuera de temporada esta línea no opera.

Experimenta la belleza de Mallorca lejos de las aglomeraciones
Cala Mesquida es un lugar que enamora por su contraste entre naturaleza virgen y servicios cómodos, por su historia ligada a contrabandistas y piratas, y por la belleza indiscutible de sus aguas turquesas. No es la playa más fácil ni la más segura de la isla para familias con niños pequeños, pero sí una de las más auténticas para quienes buscan una experiencia diferente en Mallorca.
Ya sea para pasar un día tomando el sol, para lanzarte a practicar surf, para caminar entre dunas y pinares o para explorar pueblos medievales cercanos, Cala Mesquida ofrece mucho más que arena y mar. Es un pedazo de la Mallorca más natural, esa que invita a viajar despacio y a descubrir que, incluso en una isla tan visitada, todavía quedan rincones de belleza intacta.
Como consejo final, te dejamos una serie de productos que te pueden venir de lujo a tu escapada a la Cala Mesquida para que vayas totalmente preparado:
- Zapatillas de senderismo
- Set de Snorkel
- Toalla de microfibra compacta
- Crema solar resistente al agua
- Gafas de sol polarizadas
- Chanclas antideslizantes
- Mochila antirrobo
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